El sexto chakra, Ajna, se encuentra en el área del
tercer ojo, que se localiza en el espacio entre las cejas.
Abarca la glándula pituitaria, los ojos, la cabeza, y
el cerebelo. Un tercer ojo, invisible pero poderoso, es el centro de la
intuición. El chakra espiritual Ajna, que significa “más allá de la sabiduría”,
te lleva hacia el conocimiento interno que te guiará si se lo permites. Un
sexto chakra equilibrado permite la clarividencia, la telepatía, los sueños
lúcidos, amplía la imaginación y la visualización.
Llamado Ajna por la tradición védica, este
importantísimo centro de energía se encuentra localizado en la frente, en la
zona del entrecejo y la glándula asociada es la hipófisis. En el ser humano es
el centro integrador de la personalidad. Es visualizado como un disco de color
índigo con dos "alas", una a cada lado.
Se dice que posee 96 pétalos o pliegues energéticos.
Dwal Kuhl nos dice que en el ser humano es un verdadero centro de síntesis,
vehiculador de las energías que tienen que ver con la ciencia y el pensamiento
concreto (5*rayo), pero, como elemento de síntesis, tiene también muchas
funciones que normalmente son atribuidas al rayo del amor-sabiduría, el segundo
rayo.
El sexto sentido
El mundo se experimenta a través de los cinco
sentidos. Incluso antes de nacer, escuchaste ruidos como voces y los latidos
del corazón de tu mamá, además de los sonidos apagados del mundo exterior.
Experimentaste el tacto, el gusto e incluso pudiste percibir la luz. Y desde el
momento en que naciste has atribuido tus experiencias a lo que perciben tus
sentidos. Has aprendido a confiar en tus sentidos, en lo que puedes degustar,
oler, tocar, ver y escuchar. Aunque la percepción sensorial es grande en
experiencia de vida, también es limitante a la hora de expandir tu conciencia.
Hubo un tiempo en el que dependías de tu sentido de la
intuición y el conocimiento interior. Antes de la tecnología moderna, tuvimos
que confiar en las señales del medio ambiente y un instinto más primordial para
guiarnos. Al igual que las aves pueden presentir cuando un tsunami podría
golpear la costa o las ardillas saben que es el momento de reunir alimentos
para el invierno, los seres humanos también tienen un sentido intuitivo. Lo que
sucede es que hemos perdido contacto con él, así como con nuestra capacidad de
confiar en él.
Intuición:
El énfasis del sexto Chakra
Siente tu camino a la intuición
Tus sentidos físicos pueden darte pistas sobre cómo
seguir tu intuición. Por ejemplo, ¿alguna vez has tenido la sensación de que la
leche en un empaque estaba echada a perder? Hueles la leche, revisas la fecha
de caducidad que es en un par de semanas y hasta les preguntas a todos en casa:
“¿sirve la leche?”. Pero, al no detectar nada concreto, la bebes y luego
sientes un fuerte dolor de estómago. Eso es porque a un nivel muy sutil, tu
sentido del olfato detectó algo que no estaba bien y te dio una indicación que
tú pusiste en duda.
Aquí hay otro ejemplo: estás haciendo un trato
comercial con alguien y todo parece ir bien. La persona parece buena y honesta.
Pero al momento de estrecharle la mano, sientes que algo no está bien. Cuando
llevan a cabo el trato, te das cuenta de que era corrupto.
Percibes estas pistas
a través de tus sentidos, pero cuando hay algo que no está a la vista tiendes a
ignorarlo. La buena noticia es que puedes aprender a confiar en esas pistas y
tomar mejores decisiones basadas en tu sentido intuitivo. Cuando tus decisiones
estén en lo correcto, escríbelas para reforzar que tu intuición te guió en la
dirección correcta.
Recuerda que, al igual que los animales en el bosque, tú
también has tenido este sexto sentido siempre; simplemente necesitas
encontrarlo de nuevo.
Pide a tu sabio interior que te guíe
También puedes utilizar tu sentido interior para pedir
orientación y así tomar las decisiones correctas. Ya cuentas con tu mente,
intelecto y ego, y ahora también estás incluyendo a tu alma en el proceso de
tomar decisiones. Y así como recurriste al tercer chakra en la zona del plexo
solar para que te guiara a través de la comodidad o la incomodidad, prestarás
atención a una corazonada o una sutil sensación que te hace ir hacia adelante o
retroceder. Si no sabes qué hacer, pide a tu sentido de la intuición que se
abra a fin de ayudarte a tomar la decisión correcta.
Cómo equilibrar el Ajna
Al igual que cualquiera de los chakras espirituales,
Ajna se equilibra mejor a través de la meditación. A menudo, los meditadores
novatos dicen sentir una sensación de cosquilleo en el tercer ojo o creen que
les duele la cabeza. Un hormigueo o una sensación palpitante alrededor de la
zona del tercer ojo durante o después de la meditación es un signo de que se
está abriendo este chakra que estaba bloqueado.
La meditación concentrada en el Ajna, favorece el
aquietamiento de la mente concreta, la concentración de sus capacidades de
discernimiento a la manera de una lente que permite enfocar la visión y que
aporta claridad.
En momentos en los cuales existe confusión, es posible
aplicar una sencilla técnica meditativa llamada "el faro" que
permite, literalmente, iluminar con la luz del alma, enfocada a través de la
lente de la mente, el problema o la situación que nos demanda respuesta.
Relajados en una cómoda posición invocamos desde
nuestro corazón la luz del alma y visualizamos que desciende desde un lugar por
encima de nuestras cabezas al séptimo chakra (en la coronilla) y de allí al
cuarto chakra, entre los omóplatos. Desde allí, elevamos esa luz del alma hasta
el sexto chakra y la concentramos en él.
Una vez concentrada esa energía, visualizamos la
situación que nos aqueja en el escenario de nuestro corazón y, durante algunos
minutos, la iluminamos, la irradiamos con la luz del alma concentrada en
nuestro entrecejo a la manera de un faro que ilumina el camino de un barco
entre escollos. Durante este proceso invocamos la comprensión y la fortaleza
para emprender la acción correcta. Al cabo de algunos minutos, devolvemos la
energía a su origen en una actitud de gratitud y atenta espera y continuamos
con nuestras actividades cotidianas.
Repetimos el ejercicio dos o tres veces al día
mientras dure la necesidad de respuesta. Al cabo de un tiempo variable,
experimentaremos un estado inesperado y súbito de comprensión y transformación
con respecto al tema trabajado que puede ocurrir a través de un sueño o de una
simple idea que surge de las profundidades de nuestra mente y nos ilumina el
camino.
En situaciones de tormenta emocional, la acción del
sexto chakra es muy útil. Podemos establecer en nuestra meditación un triángulo
que incluye el sexto, el cuarto y el tercer chakra. En ese triángulo hacemos
fluir la energía del nuestra alma mientras sentimos y visualizamos que lava y
aquieta nuestro plexo solar. Ese triángulo nos permite varios movimientos.
La
tensión emocional que ha tomado la forma de pensamientos recurrentes,
verdaderos parásitos emocionales de la mente, son devueltos del sexto al tercer
chakra. La angustia, ese vacío inquieto del estómago, que experimentamos y que
se convierte en gastritis, úlcera, colitis y que nace de los temores y dolores
asociados, reflejo de un ego emocional golpeado y expectante, son ascendidas al
nivel emocional más impersonal y verdaderamente amoroso del cuarto chakra a
través de la puerta del diafragma (órgano activo de la respiración) y esa
energía transformada en amor, se convierte en conciencia transformadora cuando
se eleva, a su vez, al sexto chakra completando el circuito que, alimentado por
la luz del alma se constituye en un verdadero aprendizaje evolutivo.
Los senos frontales, vértice superior del tetraedro
resonante formado por los senos maxilares, esfenoidal y frontal, asocian este
chakra de manera muy directa con el sonido. Esos senos son espacios aéreos de
resonancia en los cuales la semilla sonora producida por las cuerdas vocales no
solo se fortalece para proyectarse al mundo sino que también adquiere la
cualidad de energía creadora, capaz de realizar acciones concretas en el mundo
de lo real que le confiere el sexto chakra.
Cuando entonamos una sílaba o frase mántrica y la
hacemos resonar en nuestro entrecejo, ponemos en movimiento las energías
sintetizadoras de este centro. El Ajna es también utilizado en los trabajos de
sanación magnética haciendo parte del llamado triángulo de magnetización (ver
"La curación esotérica" de Alice A. Bailey) y trabajando a través de
los ojos y las manos del sanador.
Hay una maravillosa técnica de respiración Pranayama
que se conoce como Brahmari o la respiración de la abeja. Lleva ambas manos a
tu rostro. Coloca los dos dedos medios sobre tus ojos. Deja que los índices
toquen las cejas y los meñiques estén debajo de los pómulos. Cierra los oídos
con los pulgares. Inhala profundamente y exhala la palabra AUM, haciendo
énfasis en el sonido “M”, mientras creas un sonido de zumbido parecido al de
una abeja. Hazlo por dos minutos o más. Puede aliviar la tensión en la cabeza y
trabaja para abrir el sexto chakra.
Sonidos, colores y gemas
Cualquier postura de yoga en la que se presiona la
frente es buena para el sexto chakra. Intenta con la postura del niño (Balpostura)
con la frente en el piso o en un bloque de yoga. La postura del delfín es otra
postura que ayuda al momento de levantar la cabeza para ver hacia el piso.
El color del sexto chakra es el azul índigo y el
sonido del mantra es SHAM.
Las gemas que ayudan
a abrir el chakra Ajna son la amatista, el lapislázuli y la azurita.